Utilizando mosto fresco de la variedad Moscatel, se inicia la fermentación alcohólica, la cual procede lentamente hasta llegar a un nivel de alcohol entre 5 y 5,5%. Esto transcurre en depósitos abiertos a temperatura controlada. Luego se cierran los depósitos herméticamente y empieza la segunda parte de la fermentación que se efectua mucho más lentamente gracias a una temperatura muy baja. Esta parte del proceso se llama “prise de mousse” o toma de burbuja, en la que la burbuja fina se integra en el vino.
Al subir el nivel alcohólico a 7% paramos la fermentación simplemente disminuyendo la temperatura a -1oC.